José Martínez de Sousa

 

OBRAS

Diccionario de tipografía y del libro: Labor, 1974; Paraninfo, 1981-2, 1992-3, 1995-4.

Este fue el primer libro que escribí. En realidad, nació para la resolución de mis propios problemas, ya que en la época en que empecé a corregir textos (1957) no había tanta bibliografía como hoy. Muy al contrario, cualquier duda, fuera lingüística o tipográfica, se convertía en un engorro por falta de autoridades a las que acudir. Ante esta situación, se me ocurrió comenzar una obra que no sabía si algún día había de publicarse. «Por lo menos —me dije— a mí me ayudará a resolver mis propias dudas.» Tardé más de cinco años en componerla. Durante ese tiempo, mis bolsillos transportaban diariamente un montón de fichas con apuntes, notas, definiciones, etcétera. Así, poco a poco, fue adquiriendo cuerpo el Diccionario de tipografía y del libro, que todavía está en venta (no sé por cuánto tiempo), pese a que la primera edición nunca fue alterada (ha tenido, pues, propiamente, reimpresiones). Sus dos partes, la tipobibliológica y la ortográfica, pese al tiempo transcurrido, siguen siendo útilies.
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Dudas y errores de lenguaje: Labor, 1974, 1978-2; Paraninfo, 1983-3, 1987-4, 1992-5.

Aprovechando la dinámica establecida por la escritura del Diccionario de tipografía y del libro, pensé que sería bueno poner a disposición de un público amplio una serie de conocimientos específicos sobre aspectos de la escritura (lenguaje y ortografía principalmente) que sin duda podían resultar de interés para muchas personas. Me proponía superar el mero manual ortográfico usual que sigue al pie de la letra los dictados académicos, con objeto de que el lector hallase en esta obra un tipo de ayuda que no iba a encontrar fácilmente en otras fuentes si no era a costa de muchas consultas, no siempre fáciles. Editorial Paraninfo creyó en 1997 que la obra ya no tenía la difusión mínima para mantenerla en catálogo y me devolvió los derechos de edición. En principio, no se volverá a editar.
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Diccionario internacional de siglas, Madrid, Pirámide, 1978, 1984-2 (título ligeramente aumentado en la segunda edición: Diccionario internacional de siglas y acrónimos).

Este es otro de mis libros surgidos de la propia necesidad. Ante las dificultades para resolver las dudas que presentaba la cada vez mayor presencia de siglas en los textos, pensé que debería tomar nota de las que me fueran apareciendo, con objeto de poder colocar, junto a las siglas, su significado. En poco tiempo el número de siglas recogidas ocupaba ya un espacio notable. Cuando tuve un número apreciable de ellas, tomé la resolución de formar un diccionario de siglas, ya que en el mercado del español europeo no había a la sazón ni siquiera una obra de estas características capaz de esclarecer un campo cada vez más enrevesado. Pese a cierto pesimismo primerizo en cuanto a su publicación, la obra tuvo de hecho una aceptación notable dada su materia, y hasta una segunda edición aumentada al doble del contenido de la primera. En este momento está agotada.
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Diccionario general del periodismo, Madrid, Paraninfo, 1981, 1992-2 (título sustituido por el de Diccionario de información, comunicación y periodismo en la segunda edición).

Nació como Diccionario general del periodismo, pero el editor pensó que era necesario sustituir este título por el actual, lo que se llevó a cabo en la segunda edición. Este diccionario nació como resultado de mi paso, como corrector tipográfico, por dos periódicos barceloneses: uno ya desaparecido, Tele/Xpres, donde estuve poco tiempo, y La Vanguardia, a la que pertenecí durante dos años y medio. La profesión de periodista me cautivó y concebí la idea de dedicarle una obra al tema, no sin antes dedicar horas y horas a la lectura y acotación de centenares de libros sobre la materia. Una profesión tan poliédrica es difícil de afrontar, pero creo que el diccionario puede resolver problemas de terminología y algunos otros de no escasa importancia.
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Diccionario de ortografía, Madrid, Ediciones Generales Anaya, 1985.

La ortografía ha sido uno de mis caballos de batalla desde que tengo uso de razón como escritor. Pero la ortografía, realmente, no es eso que nos enseñan en el colegio. Es algo más complejo y hasta más profundo y extenso, que afecta a todas las manifestaciones escritas del lenguaje, sea en papel o en cualquier otro soporte (incluso los situados a la intemperie), y tanto desde el punto de vista lingüístico como desde el sociológico. Así pues, no solo había que estudiarla a fondo, sino que era necesario seguir investigando para hallar los principios esenciales de la materia y sus aplicaciones más racionales y coherentes. Cuando tuve toda la información, la convertí en diccionario, el primero que sobre este tema se publicaba en español, por lo que yo sé.
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Diccionario de ortografía técnica, Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1987.

La ortografía técnica, que suele denominarse también ortografía tipográfica u ortotipografía (aunque entre una y otra haya, en el fondo, ciertas diferencias), no ha recibido en español el tratamiento que desde muy antiguo reclamaba. Fuera de algunos intentos esporádicos y dispersos de tratar estos temas, la verdad es que nadie le había hincado el diente de manera unitaria. Metido en harina con la ortografía, decidí completar los conocimientos acerca de ella adentrándome en algo que conocía bien por formar parte de mi profesión. La obra trata de mostrar, dispuestos en orden alfabético, los conocimientos necesarios para afrontar con responsabilidad la escritura científica, tan compleja y tan poco tratada entre nosotros. El resultado fue una obra difícil de confeccionar, pero muy útil para ciertos profesionales, como los traductores, los periodistas y los escritores, que en ella encontraron
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Pequeña historia del libro, 1987

No se puede escribir algo acerca de la imprenta sin que se escriba también algo acerca del libro, y no se puede escribir algo acerca del libro y de la imprenta sin que uno se enamore de la historia de uno y otra y trate de reflejarla mínimamente en un libro que necesariamente es «pequeño» en todos los sentidos. En este librito trato de mostrar al lector cómo se gestaron los inventos que, engarzados, dieron como resultado el desarrollo imparable de la imprenta y del libro. Es una historia apasionante que sin duda despertará en el lector el deseo de buscar obras más completas que expongan con mayor extensión y detenimiento los pasos dados a lo largo del camino seguido por la imprenta y por el libro.
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Diccionario de bibliología y ciencias afines, Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1989, 1993-2.

En este diccionario volqué todos los conocimientos que sobre el libro, su arte, su ciencia y su historia atesoraba yo desde hacía mucho tiempo. La obra se convirtió en algo así como el aliviadero del enorme pantano de hechos culturales que la bibliología y sus ciencias afines han ido sedimentando a lo largo de los siglos (más de tres mil años de historia viva tiene el libro). En ella se definen y tratan enciclopédicamente infinidad de términos relacionados con todas las ciencias auxiliares y las técnicas que rodean el libro o concurren a su formación. Es el «buque insignia» de mis obras por su forma y su fondo y, además, porque en ella vienen a coincidir, como en un punto común, todos los conocimientos que yo pueda poseer sobre la bibliología, y aun algunos más que no poseo como propios, pero a los que puedo tener acceso por su afinidad con el acervo cultural que define al libro.
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Reforma de la ortografía española, Madrid, Visor, 1991.

Este libro, que yo hubiera escrito mucho más tarde, surge en 1991 en respuesta a una preocupación lingüistica por un lado y social por otro que se manifestaba en un movimiento generalizado en varias lenguas (francés y portugués especialmente) en favor, nuevamente, de una reforma del código ortográfico. Escribí el libro, uno más de tantos como se han escrito sobre el mismo tema, con la intención de influir de alguna forma en las mentes de quienes se han convertido en custodios de la ortografía si se tratase de una finca particular suya. Escaso eco tuvo, como escaso fue el eco de propuestas reformadoras anteriores. En realidad, si los académicos de la época no hicieron caso de las propuestas de Julio Casares, miembro también de la dueña de la finca, ¿por qué razón habrían de atenderme a mí? Ahí queda la obra y su mensaje.
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Diccionario de redacción y estilo, Madrid, Pirámide, 1993, 1997-2.

Abundando en los aspectos de la escritura, me pareció que valía la pena afrontar una obra cuyo meollo fuese la clarificación de los términos con ella relacionados, como, entre otros, los de la retórica, vieja señora que, pese a todo, es visitada aún por jóvenes y menos jóvenes. Y es que los servicios de la retórica y la estilística siguen siendo útiles en los tiempos modernos, tanto como la primera lo fue desde la Antigüedad y la segunda en el siglo pasado y parte del presente. La aclaración de ciertos términos gramaticales estrechamente relacionados con ellas contribuye a hacer de esta una obra muy útil para cuantos quieren aprender a escribir con propiedad y a resolver muchos de los problemas que la escritura presenta cuando se quiere remontar el vuelo de los primeros palotes en el arte de la expresión hablada y escrita.
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Manual de edición y autoedición, Madrid, Pirámide, 1994.

La informática ha trastrocado profundamente los modos y las formas de componer y compaginar un libro. Es más: ha tenido la virtud de poner a disposición de quien se atreva con ello, los medios técnicos necesarios para preparar un texto destinado directamente a convertirse en páginas distribuidas apropiadamente en una plancha fotolitográfica, dispuesta para la impresión por el sistema ófset. Pero, ciertamente, un libro no se construye con tanta facilidad: es necesario conocer la bibliología, la tipografía, la ortografía académica y la tipográfica, de tal manera que aquella virtud se convierte, de hecho, en una tremenda rémora para el arte de la tipografía y la bibliología. No se pueden suplantar los conocimientos profesionales acuñados a lo largo de tantos siglos; no se puede convertir a un informático en un bibliólogo ni en un tipógrafo de la noche a la mañana: no basta el conocimiento de los programas informáticos que contribuyen hoy a componer, compaginar e ilustrar un libro. Las herramientas son preciosísimas y muy poderosas, pero se necesitan los conocimientos profesionales para conseguir, con ellos, una obra de arte como han pretendido siempre la tipografía y la bibliología. Este manual contribuye a ello.
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Diccionario de lexicografía práctica, Barcelona, Biblograf, 1995 (reimpresa en el mismo año).

En el mundo editorial, los profesionales del libro tienen que estar preparados para cualquier función que se relacione con la expresión gráfica de la cultura o el ordenamiento de los elementos mediante los cuales se manifiestan los hechos culturales. Esto sucede, por ejemplo, con la lexicografía, una de la formas habituales de organizar los contenidos de las obras. Así pues, el conocimiento de las técnicas lexicográficas es siempre un reto para un técnico editorial —como lo es para cualquier escritor—, razón por la cual, después de haber escrito más de un diccionario propio y de haber dirigido la realización de algunos más en forma profesional, se me ofreció la posibilidad de diseñar y dirigir técnicamente el primer Curso de posgrado de Lexicografía y Obras Enciclopédicas, que se dio en la Universidad de Barcelona en el curso académico 1992-1993. Terminado este, se me ocurrió que los conocimientos impartidos y adquiridos durante su desarrollo podían ayudar a mucha gente interesada por el tema, y se lo ofrecí en forma de diccionario.
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Diccionario de ortografía de la lengua española, Madrid, Paraninfo, 1996.

El meollo de la materia corresponde al de la obra que con el título de Diccionario de ortografía me publicó Anaya en 1985. Retomada, corregí los errores y erratas que todo libro contiene en su primera edición (las obras solo empiezan a perfeccionarse a partir de la segunda edición), aumenté el número de entradas (por ejemplo, hay una enteramente nueva sobre la puntuación), reorganicé el contenido, puse al día la bibliografía y el conjunto lo ofrecí a Editorial Paraninfo, que lo editó.
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Diccionario de usos y dudas del español actual, Madrid, Biblograf, 1996, 1998-2.

Hasta hace muy pocos años, no abundaban en nuestra lengua los diccionarios de usos, dudas y dificultades relacionados con el lenguaje habitual, aunque siempre había la posibilidad de rastrear la información aquí y allá, en varias obras de distintas materias y otros tantos autores. En este contexto, me pareció oportuno recoger todas aquellas palabras, frases, sintagmas, etcétera, que pudieran ser objeto de consulta debido a las dificultades de uso que presentasen y formar un corpus de conocimientos. Tenía a mis espaldas cuarenta años de experiencia en la solución de estos problemas en los textos destinados a su publicación. Y si aquellos conocimientos que había ido adquiriendo y los apuntes que había ido tomando podían serme útiles, sin duda que también se lo serían a las demás personas que trabajan con el lenguaje, que lo usan y que se preocupan de hacerlo con propiedad y corrección. Ninguna de estas dos virtudes de la escritura y de la utilización oral del lenguaje es fácil, por lo que esta obra se convierte en una guía segura y firme para la consulta de los usos y dudas del español actual.
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Manual de estilo de la lengua española, Gijón, Trea, 2000, 2001-2.

Las dos partes de que consta este Manual de estilo de la lengua española tienen el mismo fin: ayudar a redactar bien y con propiedad a quienes diariamente han de enfrentarse con una cuartilla en blanco o una pantalla de ordenador vacía. El destinatario natural de esta obra es toda persona que desee escribir y presentar un trabajo que sea legible desde todos los puntos de vista. Así, prestará buenos servicios a escritores y redactores en general, pero en particular a científicos y técnicos, traductores, profesores, periodistas, correctores de estilo y tipográficos, investigadores, editores literarios y científicos, etcétera. En él hallarán respuestas para sus preguntas, certezas para sus dudas, soluciones para sus problemas.
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Diccionario de edición, tipografía y artes gráficas, Gijón, Trea, 2001.

Han pasado más de cinco siglos y medio desde la invención de la imprenta y las viejas técnicas gráficas, los sacerdotes de la diosa tipografía y toda su parafernalia han desaparecido de la noche a la mañana como por arte de ensalmo, sin darnos cuenta y sin que sepamos qué ha sido de ellos. Sin embargo, su maravilloso producto, el impreso y el libro, siguen ahí, como si nada hubiera cambiado, como si Gutenberg no hubiera muerto, como si los santones tipográficos aún siguieran componiendo textos, imprimiéndolos y encuadernándolos, todo ello en el más absoluto de los secretos.

Este Diccionario de edición, tipografía y artes gráficas pretende tender un puente entre la vieja y la nueva tipografía, entre los santones tipográficos y los tipógrafos de la nueva era, de la digitalización. A ello contribuyen sus 480 páginas, 224 figuras (de las cuales 54 son ejemplos de tipos de letras), 6300 entradas (aproximadamente) y 5200 correspondencias francés/ínglés­español (también aproximadamente).
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Libro de estilo Vocento, Gijón, Trea, 2003.

Es habitual que los libros de estilo comiencen reflejando la postura deontológica del medio o la institución, así como una serie de normas de presentación y conformación de los elementos escritos o impresos que dan forma a la publicación y seguidamente exponen las materias que han de servir para resolver las dudas que el trabajo diario suscita en el manejo del lenguaje y la información.

El presente libro de estilo, que Vocento se da y ofrece a sus periodistas y colaboradores, consta de cuatro partes: comienza con la manifestación de sus principios generales desde el punto de vista editorial y periodístico (primera parte); sigue con una exposición de criterios relacionados con el lenguaje y la ortografía (segunda parte), así como una amplia parte (la tercera) dedicada a la exposición de las más frecuentes dudas y problemas de lenguaje (léxico, géneros, plurales, acentos, uso de topónimos, siglas, etcétera) y termina (cuarta parte) con una serie de anexos relacionados con los antropónimos (catalanes, gallegos y vascos), topónimos (generales —especialmente europeos—, gallegos, catalanes, valencianos, baleares, vascos y navarros, en pinyin), símbolos toponímicos, gentilicios de países y sus capitales, diferencias horarias, medidas, tratamientos, escritura de cifras, escalas y, finalmente, monedas y sus fracciones.
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Ortografía y ortotipografia del español actual, Gijón, Trea, 2004.

En un mundo totalmente interrelacionado, en el que la comunicación nos pone en contacto con nuestros antípodas de forma instantánea, cada día cobra mayor importancia el conjunto de normas y excepciones de escritura a que llamamos ortografía.

El ordenador ha cambiado radicalmente nuestras costumbres comunicativas en el universo de lo gráfico. Poco a poco ha ido desapareciendo la carta personal, manuscrita, íntima, y ha sido sustituida por el mensaje público, con letras de imprenta, despersonalizado, intercambiado con otros en un foro cualquiera de la Internet. Todo ello tendría bien poca importancia si no fuera porque, por un lado, el lenguaje escrito nos sirve para la comunicación gráfica con nuestros semejantes y, por otro, en ese escenario no es fácil disimular nuestra ignorancia en relación con las reglas de escritura de nuestra lengua. Ahí, en esa distancia corta es donde frecuentemente se ponen de manifiesto nuestros escasos conocimientos ortográficos, el dominio deficiente de las reglas y excepciones que conforman el código comunicativo escrito de la lengua española. De alguna manera, ahí se expone también públicamente el estado de salud ortográfica de las sociedades del entorno hispano.

En resumidas cuentas, la experiencia nos dice que los hispanohablantes escribimos con demasiadas faltas de ortografía, esquematizamos deficientemente nuestros mensajes y en consecuencia puntuamos mal. Ello redunda en una comunicación abstrusa, con frecuencia incomprensible. La ortografía, pues, no contribuye como le corresponde al entendimiento entre los seres humanos que escriben en español.

A todo ello podemos añadir en la actualidad la influencia, ya generalizada, de la escritura tipográfica debido a la intervención creciente del ordenador en nuestros modos de expresión. La escritura tipográfica se ha popularizado, se ha convertido en dominio público. Es decir, que a las dificultades de conocimiento del código ortográfico vienen a unírseles las de otro código, el tipográfico, de no fácil adquisición, pese a las facilidades que la informática pone a disposición de todos.

La presente obra se propone introducir al lector en el conocimiento de la ortografía usual y al propio tiempo en el de la ortotipografía, es decir, la forma de expresar nuestros mensajes por medio de los elementos tipográficos. José Martínez de Sousa, ortógrafo, ortotipógrafo y bibliólogo, es autor de varias obras relacionadas estrechamente con las materias aquí tratadas, especialmente el Diccionario de ortografía de la lengua española y el Diccionario de ortografía técnica, cuyos contenidos quedan ahora actualizados e integrados en este nuevo manual, Ortografía y ortotipografia del español actual.
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Diccionario de bibliología y ciencias afines, Gijón, Trea, 2004.

Qué se entiende exactamente por bibliología es algo que, como tantos otros conceptos culturales, todavía está por fijar con exactitud, más allá de posturas diversas en función de intereses concretos y tendencias culturales varias. Se necesitan, pues, trabajos orientadores con objeto de situar esta disciplina en el conjunto de los estudios humanísticos. Superada ya la etapa en que lo bibliológico fluctuaba en sus contenidos o se ceñía estrictamente a las técnicas de producción del documento impreso, en especial del libro, tal vez nos hallemos ahora en posición óptima para, arrancando de las nuevas tendencias europeas, afrontar el concepto de documento bibliologico desde perspectivas más enriquecedoras. El libro y muchos otros documentos impresos, tal como los conocemos hoy, han sufrido mutaciones importantes a lo largo de sus cinco siglos y medio de historia. Tales cambios, mutatis mutandis, no se alejan en exceso, en su naturaleza, de los que el documento y la comunicación escrita habían sufrido, en su forma y en su espíritu, a lo largo de los miles de años que precedieron a la aparición de la imprenta europea. Podemos, pues, en el momento actual, continuar, desde perspectivas más amplias, el estudio, análisis, ordenamiento y comprensión de todos los fenómenos que han contribuido a la aparición y avance del documento y de la comunicación escrita.

Uno de los elementos básicos para orientar el nuevo enfoque de esta disciplina se halla precisamente en algo esencial para cualquier ciencia: la terminología. En la presente obra se pretende no solo recogery definir la mayor cantidad posible de términos que nos permitan aprehender la esencia de la bibliología y sus ciencias afines, sino también explicar su desenvolvimiento histórico y técnico a través de los siglos. No es tarea fácil, ya que a lo largo de los años se han producido en el seno de los conocimientos bibliológicos disfunciones de todo tipo que han dejado su huella en el corpus de la disciplina. En la presente obra se ha intentado iniciar, aunque sea modestamente, el desbroce del terreno para la comprensión de los elementos bibliológicos. Con esa intención se aprovechan aquí los contenidos de dos libros anteriores del autor: el propio Diccionario de bibliología y ciencias afines y el Diccionario de edición, tipografía y artes gráficas (a su vez deudor del venerable Diccionario de tipografía y del libro, editado por primera vez hace ahora treinta años), a los cuales se suma terminología lexicográfica extraída del Diccionario de lexicografía práctica y terminología periodística del Diccionario de información, comunicación y periodismo. La nueva obra, que mantiene su título primigenio, se compone de más de catorce mil términos, muchos de ellos dotados de sus correspondencias en francés e inglés, así como de 460 ilustraciones.

José Martínez de Sousa, expresidente de la Asociación Internacional de Bibliología (AIB) y presidente honorario de la Asociación Española de Bibliología (AEB), ha escrito y publicado varios libros y otros trabajos sobre estas y otras materias, especialmente sobre ortografía y ortotipografía (en esta misma editorial, Ortografía y ortotipografía del español actual, 2004), y ha dado conferencias y cursos en varias universidades y otras instituciones españolas y extranjeras.
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Antes de que se me olvide, Gijón, Trea, 2005.

Reseña por Miguel Ángel Vázquez
Esta obra no es una autobiografía ni tampoco unas memorias a secas, tal como las conocemos normalmente. Para encasillar con mayor acierto el contenido de estas cuartillas hay que pensar más bien en las memorias profesionales, subgénero poco utilizado en España, donde las memorias o la autobiografía tienen más adeptos. No se busquen aquí, pues, datos personales, íntimos o públicos, relacionados con la biografía del autor. Lo que este expone es su trayectoria como profesional de la tipografía, la ortografía, la ortotipografía y la bibliología, materias que ha tratado, estudiado, cultivado y aplicado a lo largo de su vida y que ahora ha rescatado del limbo profundo que supone el inexorable paso del tiempo y cuya visión nos ofrece en estas páginas.

El título de la obra, Antes de que se me olvide, presenta una doble interpretación. Se refiere, por un lado, al hecho íntimo de que la influencia del paso del tiempo sobre la naturaleza fisiológica del autor le impida recordar más adelante aquello que vivió, sufrió o gozó desde un determinado punto de vista; y por otro lado, al hecho externo de que los demás lo olviden a él sin haber trabado conocimiento con unos hechos que seguramente pueden resultar útiles, curiosos o instructivos a algunas personas. Lo que el autor no quiere que se le olvide es su paso por el mundo tipográfico, editorial y bibliológico, empezando por su comienzo como cajista de imprenta en Sevilla (taller escuela del Ayuntamiento), siguiendo por Madrid (Brigada Obrera y Topográfica de Estado Mayor) y Barcelona (corrector tipográfico y de estilo, redactor, técnico editorial, lexicógrafo, etcétera: Editorial Bruguera, La Vanguardia, Labor, Biblograf) y terminando por su faceta de escritor, profesor en cursos y cursillos universitarios y conferenciante en congresos y otras manifestaciones culturales.

José Martinez de Sousa no ha querido que sus vivencias profesionales se pierdan en el olvido. Le ha parecido mejor trazar un amplio esquema en el que cupieran sus comienzos, su lucha, sus afanes y su proceso de constante superación autodidacta aprovechando para ello todas las oportunidades que la vida le ha ofrecido. Hay en la obra un recuerdo más o menos grato para amigos, compañeros y personas con los que ha coincidido o con los que se ha cruzado. Una vida profesional de más de cincuenta años da para muchas consideraciones.  Volver atrás

La palabra y su escritura, Gijón, Trea, 2006.

En el presente volumen se reproducen artículos periodísticos y textos de conferencias, clases, cursos, cursillos, congresos, talleres, mesas redondas, etcétera, que el autor ha escrito o pronunciado a lo largo de su vida profesional y que conservan pleno interés didáctico y profesional. Se mantiene su forma original, pero en algunos casos se han corregido errores o anacronismos, normalmente en notas marginales. Se pretende así que el lector disponga de un texto lo más fiel posible a la intención del autor. Tal intervención, mínima en cualquier caso, se entenderá mejor si se considera que algunos trabajos tienen más de veinte años de antigüedad.

A lo largo de la obra, dividida en partes y capítulos, puede observarse la coherencia del autor ante los hechos expuestos, especialmente en lo que concierne a la ortografía y la ortotipografía, caballos de batalla de cuantos nos movemos en los medios universitarios, editoriales y profesionales en los que el lenguaje escrito adquiere importancia decisiva. En más de una ocasión se observará una postura crítica del autor con las decisiones académicas relacionadas con estas materias. No es una postura de oposición sistemática e injustificada. Persigue un objetivo que probablemente algún día se pueda ver cumplido: que los académicos desempeñen plenamente la función para la que, según entendemos, fueron elegidos.

En la obra se puede advertir una clara insistencia en la necesidad de que la Academia se ponga por fin de acuerdo consigo misma y resuelva de forma coherente los problemas del lenguaje en general y especialmente de la ortografía y la ortotipografía. Hasta ahora, cuando un problema parece resuelto, los académicos se encargan de sacarnos de nuestra creencia mediante la publicación de normas que van contra su mismo sistema. Los editores, escritores, traductores, periodistas, profesores, científicos, publicitarios, correctores de estilo y tipográficos, etcétera, se sentirían satisfechos si la Academia, por fin, introdujera lógica y coherencia en su sistema. A ello tal vez puedan contribuir modestamente los trabajos reunidos en esta obra.

José Martínez de Sousa es ortógrafo, ortotipógrafo, lexicógrafo, bibliólogo y técnico editorial. Es autor de una extensa obra sobre estas materias y a lo largo de su vida profesional ha dado infinidad de conferencias, cursos, cursillos, charlas, etcétera, parte de los cuales se reúnen y ofrecen aquí. Volver atrás

Diccionario de uso de las mayúsculas y minúsculas, Gijón, Trea, 2007.

Si el lector pudiera mirar una página de texto sin dejarse captar por el fondo, sino solo por la forma, advertiría que las letras que lo componen pertenecen al mismo modelo: letras redondeadas, casi todas de la misma altura (letras de ojo medio), unas pocas que sobresalen por arriba o por abajo... Pero hay otras que se salen de la fila por la parte superior de la línea, algunas con figura distinta de las abundantes minúsculas: son las mayúsculas. Bien porque se hallen a principio de párrafo, porque vayan después de punto o porque encabecen una palabra o frase consideradas nombre propio, las mayúsculas rompen la monotonía del texto compuesto con minúsculas para erigirse en dominantes, como el pastor que vigila el rebaño, como la imponente iglesia que preside el pueblo por su altura y su forma.

Si el lector tuviera interés en saber cómo se administran las mayúsculas en un escrito, tal vez se daría cuenta de que en los textos españoles actuales aparecen menos mayúsculas que si el mismo texto estuviera escrito en inglés o en alemán y bastantes más que si el texto estuviera escrito en francés. Si profundizara un poco, advertiría que a lo largo de la historia las mayúsculas no se han empleado en los textos españoles de la misma manera que hoy y que los criterios aplicables para su uso tampoco han permanecido sin variación a lo largo del tiempo.

Pero si el lector siguiera profundizando y leyera el texto que tiene delante (ahora el fondo, no la forma), se daría cuenta de que, contra el criterio del autor del escrito, tal vez se podrían haber empleado más mayúsculas en determinadas palabras y menos en otras. En ese momento habría descubierto el gran problema que afecta al empleo de las mayúsculas en español: en buena parte se trata de una cuestión subjetiva, personal; es decir, muchas mayúsculas no obedecen a una norma ortográfica ni a una necesidad, sino al criterio particular del escribiente, dueño de su escrito no solo en el fondo, sino también en la forma. Descubriría asimismo la dificultad de establecer unas normas generales que cubran los casos posibles y, sobre todo, la obligatoriedad de obedecerlas por parte del escritor, traductor o periodista, entre otros autores de textos.

De esta necesidad de definición parte el autor de esta obra. Martínez de Sousa ha decidido tomar el toro por los cuernos y tratar de someterlo a la disciplina de la escritura y del sentido común en el empleo de las mayúsculas. No ignora la dificultad del empeño, y este es tal vez su mérito. Volver atrás

Diccionario de usos y dudas del español actual, Gijón, Trea, 2008.

Hoy se escribe más que nunca, especialmente gracias a las facilidades que proporciona Internet. Sin embargo, no debemos ignorar que esa red actúa de «papel virtual», de soporte inmaterial de la escritura, pero no contribuye ni un ápice a que el usuario de la lengua escriba mejor desde ningún punto de vista. Más bien podría asegurarse lo contrario: los errores se multiplican infinitamente y afectan a mayor número de personas, puesto que otra de las características de la red mundial es la de dispersar, expandir en copias innumerables aquello que se lanza al ciberespacio. El empleo de las nuevas tecnologías pone de manifiesto nuestras carencias en cuestiones de lenguaje. Ha de ser preocupación nuestra, pues, utilizar en cada caso la expresión más correcta construida con los términos más adecuados, puesto que tantos son los ojos que analizan nuestros escritos.
En consecuencia, hoy más que nunca es de agradecer una obra como la presente, en la que se exponen los errores de escritura y expresión más frecuentes. Tales errores, en mayor o menor medida, los cometemos todos; todos caemos en ellos alguna vez debido a la complejidad del uso del lenguaje, un uso que se ve afectado por infinidad de reglas ortográficas, morfológicas y sintácticas. No ignoramos tales reglas, pero con frecuencia las hemos olvidado.
El autor nos ofrece en este libro la posibilidad de superar esos errores y vacilaciones; por ejemplo, los femeninos dudosos; los plurales cultos y populares; la conjugación de los verbos; las palabras que se escriben juntas o separadas; los anglicismos, galicismos, italianismos, catalanismos, etcétera, más habituales; los antropónimos y topónimos dudosos y otros casos de error frecuentes. De ello se beneficiarán especialmente los escritores, traductores, periodistas y otros profesionales de la escritura, pero también cualquier persona que busque el modo de expresarse con propiedad y corrección.
Un cálculo somero nos muestra un dato que refleja la riqueza de la obra: el DICCIONARIO DE USOS Y DUDAS DEL ESPAÑOL ACTUAL (DUDEA) contiene más de diecisiete mil entradas o lemas.
José Martínez de Sousa, ortógrafo, lexicógrafo y bibliólogo, ha publicado un notable conjunto de obras, artículos y otros trabajos, a los que se suman conferencias y clases en cursos de máster y cursillos. Volver atrás

Manual básico de lexicografía, Gijón, Trea, 2009.

Es muy probable que nos sintamos aturdidos, dudosos o descolocados si alguien, de pronto, nos pregunta qué es un diccionario. Peor aún si se nos pide que definamos una palabra cualquiera, aun de las más cotidianas. Normalmente, la gente cree, por ejemplo, que un diccionario es un libro formado por una serie de artículos situados exclusivamente en orden alfabético de las voces o frases con que comienzan. Más difícil le parece definir una palabra, por simple que sea. Si lo intenta, casi seguro que fracasa. Los lexicógrafos se convierten, así, en brujos de la tribu para muchos consultantes de cualquier obra lexicográfica. He aquí, pues, que el universo lexicográfico al alcance de cualquier usuario de la lengua puede devenir fácilmente en algo sumamente complejo.
La presente obra tiene por objeto introducir al lector en los entresijos de una técnica científica llamada lexicografía y explicar qué es una obra lexicográfica (por ejemplo, un diccionario o una enciclopedia) y cómo se definen, manejan y emplean los términos que dan vida a esa técnica. Es decir, se trata de poner a disposición de cualquier lector aquello que a cierta distancia le parece raro o incomprensible. Ello permitirá no solo acercarse a esa materia casi mágica, sino también conocer cómo se desarrolla la técnica lexicográfica, cómo se definen y utilizan los términos y, en último extremo, cuáles son los orígenes de la lexicografía, en especial la hispanoamericana, y a qué nivel de estudio y desarrollo se encuentra actualmente si conocemos su historia y la comparamos con las lexicografías de otras lenguas.
Así pues, el contenido de la presente obra permitirá al lector interesado en la materia estudiar las técnicas lexicográficas y atreverse a definir la palabra diccionario o cualquier otro término sin las dudas que actualmente nos asaltan. Descubrirá, en fin, que la lexicografía teórica y práctica abre ante nosotros un horizonte de un interés inconmensurable.
José Martínez de Sousa, autor también del Diccionario de lexicografía práctica, cuyos materiales esenciales se rescatan y muestran aquí actualizados, es autor de otras obras, especialmente lexicográficas, muchas de las cuales han sido editadas por esta misma editorial. Volver atrás

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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