OBRAS
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Diccionario
de tipografía y del libro: Labor, 1974; Paraninfo, 1981-2, 1992-3,
1995-4.
Este fue el primer libro que escribí. En realidad, nació para la resolución
de mis propios problemas, ya que en la época en que empecé a corregir
textos (1957) no había tanta bibliografía como hoy. Muy al contrario,
cualquier duda, fuera lingüística o tipográfica, se convertía en un
engorro por falta de autoridades a las que acudir. Ante esta situación,
se me ocurrió comenzar una obra que no sabía si algún día había de
publicarse. «Por lo menos —me dije— a mí me ayudará a resolver mis
propias dudas.» Tardé más de cinco años en componerla. Durante ese
tiempo, mis bolsillos transportaban diariamente un montón de fichas
con apuntes, notas, definiciones, etcétera. Así, poco a poco, fue
adquiriendo cuerpo el Diccionario de tipografía y del libro,
que todavía está en venta (no sé por cuánto tiempo), pese a que la
primera edición nunca fue alterada (ha tenido, pues, propiamente,
reimpresiones). Sus dos partes, la tipobibliológica y la ortográfica,
pese al tiempo transcurrido, siguen siendo útilies.
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Dudas
y errores de lenguaje: Labor, 1974, 1978-2; Paraninfo, 1983-3,
1987-4, 1992-5.
Aprovechando la dinámica establecida por la escritura del Diccionario
de tipografía y del libro, pensé que sería bueno poner a disposición
de un público amplio una serie de conocimientos específicos sobre aspectos
de la escritura (lenguaje y ortografía principalmente) que sin duda
podían resultar de interés para muchas personas. Me proponía superar
el mero manual ortográfico usual que sigue al pie de la letra los dictados
académicos, con objeto de que el lector hallase en esta obra un tipo
de ayuda que no iba a encontrar fácilmente en otras fuentes si no era
a costa de muchas consultas, no siempre fáciles. Editorial Paraninfo
creyó en 1997 que la obra ya no tenía la difusión mínima para mantenerla
en catálogo y me devolvió los derechos de edición. En principio, no
se volverá a editar.
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Diccionario
internacional de siglas, Madrid, Pirámide, 1978, 1984-2 (título
ligeramente aumentado en la segunda edición: Diccionario internacional
de siglas y acrónimos).
Este es otro de mis libros surgidos de la propia necesidad. Ante las
dificultades para resolver las dudas que presentaba la cada vez mayor
presencia de siglas en los textos, pensé que debería tomar nota de las
que me fueran apareciendo, con objeto de poder colocar, junto a las
siglas, su significado. En poco tiempo el número de siglas recogidas
ocupaba ya un espacio notable. Cuando tuve un número apreciable de ellas,
tomé la resolución de formar un diccionario de siglas, ya que en el
mercado del español europeo no había a la sazón ni siquiera una obra
de estas características capaz de esclarecer un campo cada vez más enrevesado.
Pese a cierto pesimismo primerizo en cuanto a su publicación, la obra
tuvo de hecho una aceptación notable dada su materia, y hasta una segunda
edición aumentada al doble del contenido de la primera. En este momento
está agotada.  |
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Diccionario
general del periodismo, Madrid, Paraninfo, 1981, 1992-2 (título
sustituido por el de Diccionario de información, comunicación y
periodismo en la segunda edición).
Nació como Diccionario general del periodismo, pero el editor
pensó que era necesario sustituir este título por el actual, lo que
se llevó a cabo en la segunda edición. Este diccionario nació como resultado
de mi paso, como corrector tipográfico, por dos periódicos barceloneses:
uno ya desaparecido, Tele/Xpres, donde estuve poco tiempo, y
La Vanguardia, a la que pertenecí durante dos años y medio. La
profesión de periodista me cautivó y concebí la idea de dedicarle una
obra al tema, no sin antes dedicar horas y horas a la lectura y acotación
de centenares de libros sobre la materia. Una profesión tan poliédrica
es difícil de afrontar, pero creo que el diccionario puede resolver
problemas de terminología y algunos otros de no escasa importancia.
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Diccionario
de ortografía, Madrid, Ediciones Generales Anaya, 1985.
La ortografía ha sido uno de mis caballos de batalla desde que tengo
uso de razón como escritor. Pero la ortografía, realmente, no es eso
que nos enseñan en el colegio. Es algo más complejo y hasta más profundo
y extenso, que afecta a todas las manifestaciones escritas del lenguaje,
sea en papel o en cualquier otro soporte (incluso los situados a la
intemperie), y tanto desde el punto de vista lingüístico como desde
el sociológico. Así pues, no solo había que estudiarla a fondo, sino
que era necesario seguir investigando para hallar los principios esenciales
de la materia y sus aplicaciones más racionales y coherentes. Cuando
tuve toda la información, la convertí en diccionario, el primero que
sobre este tema se publicaba en español, por lo que yo sé.
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Diccionario
de ortografía técnica, Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez,
1987.
La ortografía técnica, que suele denominarse también ortografía tipográfica
u ortotipografía (aunque entre una y otra haya, en el fondo,
ciertas diferencias), no ha recibido en español el tratamiento que desde
muy antiguo reclamaba. Fuera de algunos intentos esporádicos y dispersos
de tratar estos temas, la verdad es que nadie le había hincado el diente
de manera unitaria. Metido en harina con la ortografía, decidí completar
los conocimientos acerca de ella adentrándome en algo que conocía bien
por formar parte de mi profesión. La obra trata de mostrar, dispuestos
en orden alfabético, los conocimientos necesarios para afrontar con
responsabilidad la escritura científica, tan compleja y tan poco tratada
entre nosotros. El resultado fue una obra difícil de confeccionar, pero
muy útil para ciertos profesionales, como los traductores, los periodistas
y los escritores, que en ella encontraron
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Pequeña
historia del libro, 1987
No se puede escribir algo acerca de la imprenta sin que se escriba también
algo acerca del libro, y no se puede escribir algo acerca del libro
y de la imprenta sin que uno se enamore de la historia de uno y otra
y trate de reflejarla mínimamente en un libro que necesariamente es
«pequeño» en todos los sentidos. En este librito trato de mostrar al
lector cómo se gestaron los inventos que, engarzados, dieron como resultado
el desarrollo imparable de la imprenta y del libro. Es una historia
apasionante que sin duda despertará en el lector el deseo de buscar
obras más completas que expongan con mayor extensión y detenimiento
los pasos dados a lo largo del camino seguido por la imprenta y por
el libro.
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Diccionario
de bibliología y ciencias afines, Madrid, Fundación Germán Sánchez
Ruipérez, 1989, 1993-2.
En este diccionario volqué todos los conocimientos que sobre el libro,
su arte, su ciencia y su historia atesoraba yo desde hacía mucho tiempo.
La obra se convirtió en algo así como el aliviadero del enorme pantano
de hechos culturales que la bibliología y sus ciencias afines han ido
sedimentando a lo largo de los siglos (más de tres mil años de historia
viva tiene el libro). En ella se definen y tratan enciclopédicamente
infinidad de términos relacionados con todas las ciencias auxiliares
y las técnicas que rodean el libro o concurren a su formación. Es el
«buque insignia» de mis obras por su forma y su fondo y, además, porque
en ella vienen a coincidir, como en un punto común, todos los conocimientos
que yo pueda poseer sobre la bibliología, y aun algunos más que no poseo
como propios, pero a los que puedo tener acceso por su afinidad con
el acervo cultural que define al libro.
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Reforma
de la ortografía española, Madrid, Visor, 1991.
Este libro, que yo hubiera escrito mucho más tarde, surge en 1991 en
respuesta a una preocupación lingüistica por un lado y social por otro
que se manifestaba en un movimiento generalizado en varias lenguas (francés
y portugués especialmente) en favor, nuevamente, de una reforma del
código ortográfico. Escribí el libro, uno más de tantos como se han
escrito sobre el mismo tema, con la intención de influir de alguna forma
en las mentes de quienes se han convertido en custodios de la ortografía
si se tratase de una finca particular suya. Escaso eco tuvo, como escaso
fue el eco de propuestas reformadoras anteriores. En realidad, si los
académicos de la época no hicieron caso de las propuestas de Julio Casares,
miembro también de la dueña de la finca, ¿por qué razón habrían de atenderme
a mí? Ahí queda la obra y su mensaje.
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Diccionario
de redacción y estilo, Madrid, Pirámide, 1993, 1997-2.
Abundando en los aspectos de la escritura, me pareció que valía la pena
afrontar una obra cuyo meollo fuese la clarificación de los términos
con ella relacionados, como, entre otros, los de la retórica, vieja
señora que, pese a todo, es visitada aún por jóvenes y menos jóvenes.
Y es que los servicios de la retórica y la estilística siguen siendo
útiles en los tiempos modernos, tanto como la primera lo fue desde la
Antigüedad y la segunda en el siglo pasado y parte del presente. La
aclaración de ciertos términos gramaticales estrechamente relacionados
con ellas contribuye a hacer de esta una obra muy útil para cuantos
quieren aprender a escribir con propiedad y a resolver muchos de los
problemas que la escritura presenta cuando se quiere remontar el vuelo
de los primeros palotes en el arte de la expresión hablada y escrita.
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Manual
de edición y autoedición, Madrid, Pirámide, 1994.
La informática ha trastrocado profundamente los modos y las formas de
componer y compaginar un libro. Es más: ha tenido la virtud de poner
a disposición de quien se atreva con ello, los medios técnicos necesarios
para preparar un texto destinado directamente a convertirse en páginas
distribuidas apropiadamente en una plancha fotolitográfica, dispuesta
para la impresión por el sistema ófset. Pero, ciertamente, un libro
no se construye con tanta facilidad: es necesario conocer la bibliología,
la tipografía, la ortografía académica y la tipográfica, de tal manera
que aquella virtud se convierte, de hecho, en una tremenda rémora para
el arte de la tipografía y la bibliología. No se pueden suplantar los
conocimientos profesionales acuñados a lo largo de tantos siglos; no
se puede convertir a un informático en un bibliólogo ni en un tipógrafo
de la noche a la mañana: no basta el conocimiento de los programas informáticos
que contribuyen hoy a componer, compaginar e ilustrar un libro. Las
herramientas son preciosísimas y muy poderosas, pero se necesitan los
conocimientos profesionales para conseguir, con ellos, una obra de arte
como han pretendido siempre la tipografía y la bibliología. Este manual
contribuye a ello.
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Diccionario
de lexicografía práctica, Barcelona, Biblograf, 1995 (reimpresa
en el mismo año).
En el mundo editorial, los profesionales del libro tienen que estar
preparados para cualquier función que se relacione con la expresión
gráfica de la cultura o el ordenamiento de los elementos mediante los
cuales se manifiestan los hechos culturales. Esto sucede, por ejemplo,
con la lexicografía, una de la formas habituales de organizar los contenidos
de las obras. Así pues, el conocimiento de las técnicas lexicográficas
es siempre un reto para un técnico editorial —como lo es para cualquier
escritor—, razón por la cual, después de haber escrito más de un diccionario
propio y de haber dirigido la realización de algunos más en forma profesional,
se me ofreció la posibilidad de diseñar y dirigir técnicamente el primer
Curso de posgrado de Lexicografía y Obras Enciclopédicas, que se dio
en la Universidad de Barcelona en el curso académico 1992-1993. Terminado
este, se me ocurrió que los conocimientos impartidos y adquiridos durante
su desarrollo podían ayudar a mucha gente interesada por el tema, y
se lo ofrecí en forma de diccionario.
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Diccionario
de ortografía de la lengua española, Madrid, Paraninfo, 1996.
El meollo de la materia corresponde al de la obra que con el título
de Diccionario de ortografía me publicó Anaya en 1985. Retomada,
corregí los errores y erratas que todo libro contiene en su primera
edición (las obras solo empiezan a perfeccionarse a partir de la segunda
edición), aumenté el número de entradas (por ejemplo, hay una enteramente
nueva sobre la puntuación), reorganicé el contenido, puse al día la
bibliografía y el conjunto lo ofrecí a Editorial Paraninfo, que lo editó.
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Diccionario
de usos y dudas del español actual, Madrid, Biblograf, 1996, 1998-2.
Hasta hace muy pocos años, no abundaban en nuestra lengua los diccionarios
de usos, dudas y dificultades relacionados con el lenguaje habitual,
aunque siempre había la posibilidad de rastrear la información aquí
y allá, en varias obras de distintas materias y otros tantos autores.
En este contexto, me pareció oportuno recoger todas aquellas palabras,
frases, sintagmas, etcétera, que pudieran ser objeto de consulta debido
a las dificultades de uso que presentasen y formar un corpus de conocimientos.
Tenía a mis espaldas cuarenta años de experiencia en la solución de
estos problemas en los textos destinados a su publicación. Y si aquellos
conocimientos que había ido adquiriendo y los apuntes que había ido
tomando podían serme útiles, sin duda que también se lo serían a las
demás personas que trabajan con el lenguaje, que lo usan y que se preocupan
de hacerlo con propiedad y corrección. Ninguna de estas dos virtudes
de la escritura y de la utilización oral del lenguaje es fácil, por
lo que esta obra se convierte en una guía segura y firme para la consulta
de los usos y dudas del español actual.
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Manual
de estilo de la lengua española, Gijón, Trea, 2000, 2001-2.
Las dos partes de que consta este Manual de estilo de la lengua española
tienen el mismo fin: ayudar a redactar bien y con propiedad a quienes
diariamente han de enfrentarse con una cuartilla en blanco o una pantalla
de ordenador vacía. El destinatario natural de esta obra es toda persona
que desee escribir y presentar un trabajo que sea legible desde todos
los puntos de vista. Así, prestará buenos servicios a escritores y redactores
en general, pero en particular a científicos y técnicos, traductores,
profesores, periodistas, correctores de estilo y tipográficos, investigadores,
editores literarios y científicos, etcétera. En él hallarán respuestas
para sus preguntas, certezas para sus dudas, soluciones para sus problemas.
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Diccionario
de edición, tipografía y artes gráficas, Gijón, Trea, 2001.
Han pasado más de cinco siglos y medio desde la invención de la imprenta
y las viejas técnicas gráficas, los sacerdotes de la diosa tipografía
y toda su parafernalia han desaparecido de la noche a la mañana como
por arte de ensalmo, sin darnos cuenta y sin que sepamos qué ha sido
de ellos. Sin embargo, su maravilloso producto, el impreso y el libro,
siguen ahí, como si nada hubiera cambiado, como si Gutenberg no hubiera
muerto, como si los santones tipográficos aún siguieran componiendo
textos, imprimiéndolos y encuadernándolos, todo ello en el más absoluto
de los secretos.
Este Diccionario de edición, tipografía y artes gráficas pretende
tender un puente entre la vieja y la nueva tipografía, entre los santones
tipográficos y los tipógrafos de la nueva era, de la digitalización.
A ello contribuyen sus 480 páginas, 224 figuras (de las cuales 54 son
ejemplos de tipos de letras), 6300 entradas (aproximadamente) y 5200
correspondencias francés/ínglésespañol (también aproximadamente).
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Libro
de estilo Vocento, Gijón, Trea, 2003.
Es habitual que los libros de estilo comiencen reflejando la postura
deontológica del medio o la institución, así como una serie de normas
de presentación y conformación de los elementos escritos o impresos
que dan forma a la publicación y seguidamente exponen las materias
que han de servir para resolver las dudas que el trabajo diario suscita
en el manejo del lenguaje y la información.
El presente libro de estilo, que Vocento se da y ofrece a sus periodistas
y colaboradores, consta de cuatro partes: comienza con la manifestación
de sus principios generales desde el punto de vista editorial y periodístico
(primera parte); sigue con una exposición de criterios relacionados
con el lenguaje y la ortografía (segunda parte), así como una amplia
parte (la tercera) dedicada a la exposición de las más frecuentes dudas
y problemas de lenguaje (léxico, géneros, plurales, acentos, uso de
topónimos, siglas, etcétera) y termina (cuarta parte) con una serie
de anexos relacionados con los antropónimos (catalanes, gallegos y vascos),
topónimos (generales —especialmente europeos—, gallegos, catalanes,
valencianos, baleares, vascos y navarros, en pinyin), símbolos toponímicos,
gentilicios de países y sus capitales, diferencias horarias, medidas,
tratamientos, escritura de cifras, escalas y, finalmente, monedas y
sus fracciones.
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Ortografía
y ortotipografia del español actual, Gijón, Trea, 2004.
En un mundo totalmente interrelacionado, en el que la comunicación
nos pone en contacto con nuestros antípodas de forma instantánea,
cada día cobra mayor importancia el conjunto de normas y excepciones
de escritura a que llamamos ortografía.
El ordenador ha cambiado radicalmente nuestras costumbres comunicativas
en el universo de lo gráfico. Poco a poco ha ido desapareciendo la
carta personal, manuscrita, íntima, y ha sido sustituida por el mensaje
público, con letras de imprenta, despersonalizado, intercambiado con
otros en un foro cualquiera de la Internet. Todo ello tendría bien
poca importancia si no fuera porque, por un lado, el lenguaje escrito
nos sirve para la comunicación gráfica con nuestros semejantes y,
por otro, en ese escenario no es fácil disimular nuestra ignorancia
en relación con las reglas de escritura de nuestra lengua. Ahí, en
esa distancia corta es donde frecuentemente se ponen de manifiesto
nuestros escasos conocimientos ortográficos, el dominio deficiente
de las reglas y excepciones que conforman el código comunicativo escrito
de la lengua española. De alguna manera, ahí se expone también públicamente
el estado de salud ortográfica de las sociedades del entorno hispano.
En resumidas cuentas, la experiencia nos dice que los hispanohablantes
escribimos con demasiadas faltas de ortografía, esquematizamos deficientemente
nuestros mensajes y en consecuencia puntuamos mal. Ello redunda en
una comunicación abstrusa, con frecuencia incomprensible. La ortografía,
pues, no contribuye como le corresponde al entendimiento entre los
seres humanos que escriben en español.
A todo ello podemos añadir en la actualidad la influencia, ya generalizada,
de la escritura tipográfica debido a la intervención creciente del
ordenador en nuestros modos de expresión. La escritura tipográfica
se ha popularizado, se ha convertido en dominio público. Es decir,
que a las dificultades de conocimiento del código ortográfico vienen
a unírseles las de otro código, el tipográfico, de no fácil adquisición,
pese a las facilidades que la informática pone a disposición de todos.
La presente obra se propone introducir al lector en el conocimiento
de la ortografía usual y al propio tiempo en el de la ortotipografía,
es decir, la forma de expresar nuestros mensajes por medio de los elementos
tipográficos. José Martínez de Sousa, ortógrafo, ortotipógrafo y bibliólogo,
es autor de varias obras relacionadas estrechamente con las materias
aquí tratadas, especialmente el Diccionario de ortografía de la lengua
española y el Diccionario de ortografía técnica, cuyos contenidos quedan
ahora actualizados e integrados en este nuevo manual, Ortografía y ortotipografia
del español actual.
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Diccionario
de bibliología y ciencias afines, Gijón, Trea, 2004.
Qué se entiende exactamente por bibliología es algo que, como tantos
otros conceptos culturales, todavía está por fijar con exactitud,
más allá de posturas diversas en función de intereses concretos y
tendencias culturales varias. Se necesitan, pues, trabajos orientadores
con objeto de situar esta disciplina en el conjunto de los estudios
humanísticos. Superada ya la etapa en que lo bibliológico fluctuaba
en sus contenidos o se ceñía estrictamente a las técnicas de producción
del documento impreso, en especial del libro, tal vez nos hallemos
ahora en posición óptima para, arrancando de las nuevas tendencias
europeas, afrontar el concepto de documento bibliologico desde perspectivas
más enriquecedoras. El libro y muchos otros documentos impresos, tal
como los conocemos hoy, han sufrido mutaciones importantes a lo largo
de sus cinco siglos y medio de historia. Tales cambios, mutatis mutandis,
no se alejan en exceso, en su naturaleza, de los que el documento
y la comunicación escrita habían sufrido, en su forma y en su espíritu,
a lo largo de los miles de años que precedieron a la aparición de
la imprenta europea. Podemos, pues, en el momento actual, continuar,
desde perspectivas más amplias, el estudio, análisis, ordenamiento
y comprensión de todos los fenómenos que han contribuido a la aparición
y avance del documento y de la comunicación escrita.
Uno de los elementos básicos para orientar el nuevo enfoque de esta
disciplina se halla precisamente en algo esencial para cualquier ciencia:
la terminología. En la presente obra se pretende no solo recogery
definir la mayor cantidad posible de términos que nos permitan aprehender
la esencia de la bibliología y sus ciencias afines, sino también explicar
su desenvolvimiento histórico y técnico a través de los siglos. No
es tarea fácil, ya que a lo largo de los años se han producido en
el seno de los conocimientos bibliológicos disfunciones de todo tipo
que han dejado su huella en el corpus de la disciplina. En la presente
obra se ha intentado iniciar, aunque sea modestamente, el desbroce
del terreno para la comprensión de los elementos bibliológicos. Con
esa intención se aprovechan aquí los contenidos de dos libros anteriores
del autor: el propio Diccionario de bibliología y ciencias afines
y el Diccionario de edición, tipografía y artes gráficas (a su vez
deudor del venerable Diccionario de tipografía y del libro, editado
por primera vez hace ahora treinta años), a los cuales se suma terminología
lexicográfica extraída del Diccionario de lexicografía práctica y
terminología periodística del Diccionario de información, comunicación
y periodismo. La nueva obra, que mantiene su título primigenio, se
compone de más de catorce mil términos, muchos de ellos dotados de
sus correspondencias en francés e inglés, así como de 460 ilustraciones.
José Martínez de Sousa, expresidente de la Asociación Internacional
de Bibliología (AIB) y presidente honorario de la Asociación Española
de Bibliología (AEB), ha escrito y publicado varios libros y otros trabajos
sobre estas y otras materias, especialmente sobre ortografía y ortotipografía
(en esta misma editorial, Ortografía y ortotipografía del español actual,
2004), y ha dado conferencias y cursos en varias universidades y otras
instituciones españolas y extranjeras.
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Antes
de que se me olvide, Gijón, Trea, 2005.
Reseña
por Miguel Ángel Vázquez
Esta obra no es una autobiografía ni tampoco unas memorias a secas,
tal como las conocemos normalmente. Para encasillar con mayor acierto
el contenido de estas cuartillas hay que pensar más bien en las memorias
profesionales, subgénero poco utilizado en España, donde las memorias
o la autobiografía tienen más adeptos. No se busquen aquí, pues, datos
personales, íntimos o públicos, relacionados con la biografía del
autor. Lo que este expone es su trayectoria como profesional de la
tipografía, la ortografía, la ortotipografía y la bibliología, materias
que ha tratado, estudiado, cultivado y aplicado a lo largo de su vida
y que ahora ha rescatado del limbo profundo que supone el inexorable
paso del tiempo y cuya visión nos ofrece en estas páginas.
El
título de la obra, Antes de que se me olvide, presenta una
doble interpretación. Se refiere, por un lado, al hecho íntimo de
que la influencia del paso del tiempo sobre la naturaleza fisiológica
del autor le impida recordar más adelante aquello que vivió, sufrió
o gozó desde un determinado punto de vista; y por otro lado, al hecho
externo de que los demás lo olviden a él sin haber trabado conocimiento
con unos hechos que seguramente pueden resultar útiles, curiosos o
instructivos a algunas personas. Lo que el autor no quiere que se
le olvide es su paso por el mundo tipográfico, editorial y bibliológico,
empezando por su comienzo como cajista de imprenta en Sevilla (taller
escuela del Ayuntamiento), siguiendo por Madrid (Brigada Obrera y
Topográfica de Estado Mayor) y Barcelona (corrector tipográfico y
de estilo, redactor, técnico editorial, lexicógrafo, etcétera: Editorial
Bruguera, La Vanguardia, Labor, Biblograf) y terminando por su faceta
de escritor, profesor en cursos y cursillos universitarios y conferenciante
en congresos y otras manifestaciones culturales.
José
Martinez de Sousa no ha querido que sus vivencias profesionales se
pierdan en el olvido. Le ha parecido mejor trazar un amplio esquema
en el que cupieran sus comienzos, su lucha, sus afanes y su proceso
de constante superación autodidacta aprovechando para ello todas las
oportunidades que la vida le ha ofrecido. Hay en la obra un recuerdo
más o menos grato para amigos, compañeros y personas con los que ha
coincidido o con los que se ha cruzado. Una vida profesional de más
de cincuenta años da para muchas consideraciones.
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La
palabra y su escritura, Gijón, Trea, 2006.
En
el presente volumen se reproducen artículos periodísticos y textos
de conferencias, clases, cursos, cursillos, congresos, talleres, mesas
redondas, etcétera, que el autor ha escrito o pronunciado a lo largo
de su vida profesional y que conservan pleno interés didáctico y profesional.
Se mantiene su forma original, pero en algunos casos se han corregido
errores o anacronismos, normalmente en notas marginales. Se pretende
así que el lector disponga de un texto lo más fiel posible a la intención
del autor. Tal intervención, mínima en cualquier caso, se entenderá
mejor si se considera que algunos trabajos tienen más de veinte años
de antigüedad.
A lo largo de la obra,
dividida en partes y capítulos, puede observarse la coherencia del
autor ante los hechos expuestos, especialmente en lo que concierne
a la ortografía y la ortotipografía, caballos de batalla de cuantos
nos movemos en los medios universitarios, editoriales y profesionales
en los que el lenguaje escrito adquiere importancia decisiva. En más
de una ocasión se observará una postura crítica del autor con las
decisiones académicas relacionadas con estas materias. No es una postura
de oposición sistemática e injustificada. Persigue un objetivo que
probablemente algún día se pueda ver cumplido: que los académicos
desempeñen plenamente la función para la que, según entendemos, fueron
elegidos.
En la obra se puede advertir
una clara insistencia en la necesidad de que la Academia se ponga
por fin de acuerdo consigo misma y resuelva de forma coherente los
problemas del lenguaje en general y especialmente de la ortografía
y la ortotipografía. Hasta ahora, cuando un problema parece resuelto,
los académicos se encargan de sacarnos de nuestra creencia mediante
la publicación de normas que van contra su mismo sistema. Los editores,
escritores, traductores, periodistas, profesores, científicos, publicitarios,
correctores de estilo y tipográficos, etcétera, se sentirían satisfechos
si la Academia, por fin, introdujera lógica y coherencia en su sistema.
A ello tal vez puedan contribuir modestamente los trabajos reunidos
en esta obra.
José Martínez de Sousa
es ortógrafo, ortotipógrafo, lexicógrafo, bibliólogo y técnico editorial.
Es autor de una extensa obra sobre estas materias y a lo largo de
su vida profesional ha dado infinidad de conferencias, cursos, cursillos,
charlas, etcétera, parte de los cuales se reúnen y ofrecen aquí.
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Diccionario
de uso de las mayúsculas y minúsculas, Gijón, Trea,
2007.
Si
el lector pudiera mirar una página de texto sin dejarse captar por
el fondo, sino solo por la forma, advertiría que las letras que lo
componen pertenecen al mismo modelo: letras redondeadas, casi todas
de la misma altura (letras de ojo medio), unas pocas que sobresalen
por arriba o por abajo... Pero hay otras que se salen de la fila por
la parte superior de la línea, algunas con figura distinta de las
abundantes minúsculas: son las mayúsculas. Bien porque se hallen a
principio de párrafo, porque vayan después de punto o porque encabecen
una palabra o frase consideradas nombre propio, las mayúsculas rompen
la monotonía del texto compuesto con minúsculas para erigirse en dominantes,
como el pastor que vigila el rebaño, como la imponente iglesia que
preside el pueblo por su altura y su forma.
Si
el lector tuviera interés en saber cómo se administran las mayúsculas
en un escrito, tal vez se daría cuenta de que en los textos españoles
actuales aparecen menos mayúsculas que si el mismo texto estuviera
escrito en inglés o en alemán y bastantes más que si el texto estuviera
escrito en francés. Si profundizara un poco, advertiría que a lo largo
de la historia las mayúsculas no se han empleado en los textos españoles
de la misma manera que hoy y que los criterios aplicables para su
uso tampoco han permanecido sin variación a lo largo del tiempo.
Pero
si el lector siguiera profundizando y leyera el texto que tiene delante
(ahora el fondo, no la forma), se daría cuenta de que, contra el criterio
del autor del escrito, tal vez se podrían haber empleado más mayúsculas
en determinadas palabras y menos en otras. En ese momento habría descubierto
el gran problema que afecta al empleo de las mayúsculas en español:
en buena parte se trata de una cuestión subjetiva, personal; es decir,
muchas mayúsculas no obedecen a una norma ortográfica ni a una necesidad,
sino al criterio particular del escribiente, dueño de su escrito no
solo en el fondo, sino también en la forma. Descubriría asimismo la
dificultad de establecer unas normas generales que cubran los casos
posibles y, sobre todo, la obligatoriedad de obedecerlas por parte
del escritor, traductor o periodista, entre otros autores de textos.
De
esta necesidad de definición parte el autor de esta obra. Martínez
de Sousa ha decidido tomar el toro por los cuernos y tratar de someterlo
a la disciplina de la escritura y del sentido común en el empleo de
las mayúsculas. No ignora la dificultad del empeño, y este es tal
vez su mérito.
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Diccionario de usos y dudas del español
actual, Gijón, Trea, 2008.
Hoy se escribe más que nunca, especialmente gracias
a las facilidades que proporciona Internet. Sin embargo, no debemos
ignorar que esa red actúa de «papel virtual», de
soporte inmaterial de la escritura, pero no contribuye ni un ápice
a que el usuario de la lengua escriba mejor desde ningún punto
de vista. Más bien podría asegurarse lo contrario: los
errores se multiplican infinitamente y afectan a mayor número
de personas, puesto que otra de las características de la red
mundial es la de dispersar, expandir en copias innumerables aquello
que se lanza al ciberespacio. El empleo de las nuevas tecnologías
pone de manifiesto nuestras carencias en cuestiones de lenguaje. Ha
de ser preocupación nuestra, pues, utilizar en cada caso la
expresión más correcta construida con los términos
más adecuados, puesto que tantos son los ojos que analizan
nuestros escritos.
En consecuencia, hoy más que nunca es de agradecer una obra
como la presente, en la que se exponen los errores de escritura y
expresión más frecuentes. Tales errores, en mayor o
menor medida, los cometemos todos; todos caemos en ellos alguna vez
debido a la complejidad del uso del lenguaje, un uso que se ve afectado
por infinidad de reglas ortográficas, morfológicas y
sintácticas. No ignoramos tales reglas, pero con frecuencia
las hemos olvidado.
El autor nos ofrece en este libro la posibilidad de superar esos errores
y vacilaciones; por ejemplo, los femeninos dudosos; los plurales cultos
y populares; la conjugación de los verbos; las palabras que
se escriben juntas o separadas; los anglicismos, galicismos, italianismos,
catalanismos, etcétera, más habituales; los antropónimos
y topónimos dudosos y otros casos de error frecuentes. De ello
se beneficiarán especialmente los escritores, traductores,
periodistas y otros profesionales de la escritura, pero también
cualquier persona que busque el modo de expresarse con propiedad y
corrección.
Un cálculo somero nos muestra un dato que refleja la riqueza
de la obra: el DICCIONARIO DE USOS Y DUDAS DEL ESPAÑOL ACTUAL
(DUDEA) contiene más de diecisiete mil entradas o lemas.
José Martínez de Sousa, ortógrafo, lexicógrafo
y bibliólogo, ha publicado un notable conjunto de obras, artículos
y otros trabajos, a los que se suman conferencias y clases en cursos
de máster y cursillos.
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Manual
básico de lexicografía, Gijón, Trea, 2009.
Es muy probable que nos sintamos aturdidos, dudosos
o descolocados si alguien, de pronto, nos pregunta qué es un
diccionario. Peor aún si se nos pide que definamos una palabra
cualquiera, aun de las más cotidianas. Normalmente, la gente
cree, por ejemplo, que un diccionario es un libro formado por una
serie de artículos situados exclusivamente en orden alfabético
de las voces o frases con que comienzan. Más difícil
le parece definir una palabra, por simple que sea. Si lo intenta,
casi seguro que fracasa. Los lexicógrafos se convierten, así,
en brujos de la tribu para muchos consultantes de cualquier obra lexicográfica.
He aquí, pues, que el universo lexicográfico al alcance
de cualquier usuario de la lengua puede devenir fácilmente
en algo sumamente complejo.
La presente obra tiene por objeto introducir al lector en los entresijos
de una técnica científica llamada lexicografía
y explicar qué es una obra lexicográfica (por ejemplo,
un diccionario o una enciclopedia) y cómo se definen, manejan
y emplean los términos que dan vida a esa técnica. Es
decir, se trata de poner a disposición de cualquier lector
aquello que a cierta distancia le parece raro o incomprensible. Ello
permitirá no solo acercarse a esa materia casi mágica,
sino también conocer cómo se desarrolla la técnica
lexicográfica, cómo se definen y utilizan los términos
y, en último extremo, cuáles son los orígenes
de la lexicografía, en especial la hispanoamericana, y a qué
nivel de estudio y desarrollo se encuentra actualmente si conocemos
su historia y la comparamos con las lexicografías de otras
lenguas.
Así pues, el contenido de la presente obra permitirá
al lector interesado en la materia estudiar las técnicas lexicográficas
y atreverse a definir la palabra diccionario o cualquier otro término
sin las dudas que actualmente nos asaltan. Descubrirá, en fin,
que la lexicografía teórica y práctica abre ante
nosotros un horizonte de un interés inconmensurable.
José Martínez de Sousa, autor también del Diccionario
de lexicografía práctica, cuyos materiales esenciales
se rescatan y muestran aquí actualizados, es autor de otras
obras, especialmente lexicográficas, muchas de las cuales han
sido editadas por esta misma editorial.
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